La conmemoración del cumpleaños número 38 del reguetonero fallecido El Taiger ha generado una ola de indignación entre visitantes y vecinos del Cementerio de Colón, luego de que un grupo de seguidores organizara una celebración con música a alto volumen, parlantes portátiles y bailes en plena zona funeraria.🎧 ¿Celebración o irrespeto?Aunque el homenaje fue promovido como un acto de cariño y memoria, lo ocurrido en el cementerio ha sido calificado por muchos como una falta de respeto monumental. El espacio, considerado sagrado por quienes acuden a honrar a sus seres queridos, se convirtió por momentos en una tarima improvisada, con música urbana resonando entre tumbas y capillas.📹 El video YA EL TAIGER tiene su CAPILLA en el CEMENTERIO DE … muestra la capilla donde descansan sus cenizas, decorada con globos y flores, pero también evidencia el ambiente festivo que desató críticas. Por su parte, Familiares y amigos despiden a El Taiger en El Cementerio … documenta momentos más íntimos y respetuosos del homenaje, en contraste con lo que ocurrió después.🗣️ Reacciones ciudadanasVisitantes del cementerio expresaron su malestar:> “Esto no tiene nombre. El cementerio no es para conciertos ni espectáculos callejeros. Es para el silencio, el respeto y el duelo.”Muchos cuestionan cómo se permitió el uso de equipos de sonido en un espacio patrimonial, y si hubo autorización oficial para realizar dicha actividad.⚖️ ¿Dónde están los límites?El Cementerio de Colón, declarado Monumento Nacional, es un sitio de valor histórico y espiritual. Convertirlo en escenario de celebraciones ruidosas abre un debate urgente sobre el uso de espacios públicos funerarios, el respeto al duelo ajeno y la necesidad de establecer normas claras para homenajes artísticos.—En resumen: Honrar a un artista es legítimo. Pero hacerlo sin considerar el entorno, el dolor de otros y el carácter sagrado del lugar, transforma el homenaje en espectáculo y la memoria en ruido. La cultura también exige ética.
